The poet Federico García Lorca was part of the “Generation of ’27”, an influential group of Spanish poets that arose between 1923 and 1927 and had a shared desire to experience and work with avant-garde forms of art and poetry. He joined the Residencia de Estudiantes in Madrid, a cultural institution that helped foster and create the intellectual environment of Spain’s brightest young thinkers, writers, and artists. This is where he met both Salvador Dalí and Louis Buñuel. It was also here that he first got acquainted with the works of Buster Keaton. He was a close friend of Dalí from 1925 to 1928, and the two had a lengthy correspondence, often revolving around film. However, the friendship had a romantic and/or sexual undertone for García Lorca, something that Dalí rejected. The two got estranged after the release of Dalí and Buñuel’s film “Un Chien Andalou”, as he was offended by a character in the film that he interpreted was a mockery of him.
In 1929 he traveled to New York, but found the experience there utterly disturbing and disillusioning. He wrote numerous poems while in the city, which were published posthumously in 1942 as Poeta en Nueva York (Poet in New York). The texts explore alienation and isolation through some graphically experimental poetic techniques and are influenced by the Wall Street crash which he personally witnessed. After finishing these works and the horrors subsided a bit he could devote a text to his favorite comic, Buster Keaton. The result was a sweet and absurd little text named “El Paseo de Buster Keaton” (Buster Keaton Takes A Walk), which told the story of an innocent soul, namely Buster, walking through a desperate landscape. (Though the opening, where he kills his four sons, is rather unsettling in that context. Ah, Surrealism.) The text was written in script-form.
● The poem was published in a hardcover book in 2008, accompanied by illustrations by Manuel Flores. You can find some of its images here: http://www.mediavaca.com/index.php/en/component/content/article/167-el-paseo-de-buster-keaton
● The text was actually written as a film- or play- scenario, but in a form that was rather impossible to stage. Nevertheless, it has had several theatrical adaptations.
● The poem was featured as an appendix in the book “Keaton, the man who wouldn’t lie down” by Tom Dardis which is where the images of the English translation accompanying this description come from.
● The name of the girl that Buster kisses at the end of the poem is “Elinor” or “Eleonora” in the original Spanish version. This is obviously not a reference to Keaton’s third wife as it was written in the late 1920’s, but it’s a funny coincidence nonetheless. Maybe García Lorca foresaw something?
For those that understand Spanish, you can read the full text here: http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/el-paseo-de-buster-keaton-780099/html/5c87e9f8-a757-4b7d-b3e9-42b6046ea3b5_2.html
PERSONAJES BUSTER KEATON. EL GALLO.EL BÚHO. UN NEGRO. UNA AMERICANA. UNA JOVEN.
GALLO.- Quiquiriquí.
(Sale BUSTER KEATON con sus cuatro hijos de la mano.)
BUSTER KEATON.- (Saca un puñal de madera y los mata.) Pobres hijitos míos.
GALLO.- Quiquiriquí.
BUSTER KEATON.- (Contando los cuerpos en tierra.) Uno, dos, tres y cuatro. (Coge una bicicleta y se va.)
(Entre las viejas llantas de goma y bidones de gasolina, un NEGRO come su sombrero de paja.)
BUSTER KEATON.- ¡Qué hermosa tarde!
(Un loro revolotea en el cielo neutro.)
BUSTER KEATON.- Da gusto pasearse en bicicleta.
EL BÚHO.- Chirri, chirri, chirri, chi.
BUSTER KEATON.- ¡Qué bien cantan los pajarillos!
EL BÚHO.- Chirrrrrrrrrrrr.
BUSTER KEATON.- Es emocionante.
(Pausa. BUSTER KEATON cruza inefable los juncos y el campillo de centeno. El paisaje se achica entre las ruedas de la máquina. La bicicleta tiene una sola dimensión. Puede entrar en los libros y tenderse en el horno del pan. La bicicleta de BUSTER KEATONno tiene el sillón de caramelo y los pedales de azúcar, como quisieran los hombres malos. Es una bicicleta como todas, pero la única empapada de inocencia. Adán y Eva correrían asustados si vieran un vaso lleno de agua, y acariciarían, en cambio, la bicicleta de KEATON.)
BUSTER KEATON.- ¡Ay amor, amor!
(BUSTER KEATON cae al suelo. La bicicleta se le escapa. Corre detrás de dos grandes mariposas grises. Va como loco, a medio milímetro del suelo.)
BUSTER KEATON.- (Levantándose.) No quiero decir nada. ¿Qué voy a decir?
UNA VOZ.- Tonto.
(Sigue andando. Sus ojos, infinitos y tristes como los de una bestia recién nacida, sueñan lirios, ángeles y cinturones de seda. Sus ojos, que son de culo de vaso. Sus ojos de niño tonto. Que son feísimos. Que son bellísimos. Sus ojos de avestruz. Sus ojos humanos en el equilibrio seguro de la melancolía. A lo lejos se ve Filadelfia. Los habitantes de esta urbe ya saben que el viejo poema de la máquina Singer puede circular entre las grandes rosas de los invernaderos, aunque no podrán comprender nunca qué sutilísima diferencia poética existe entre una taza de té caliente y otra taza de té frío. A lo lejos brilla Filadelfia.)
BUSTER KEATON.- Esto es un jardín.
(Una AMERICANA con los ojos de celuloide viene por la hierba.)
AMERICANA.- Buenas tardes.
(BUSTER KEATON sonríe y mira en gros plan los zapatos de la dama. ¡Oh, qué zapatos! No debemos admitir esos zapatos. Se necesitan las pieles de tres cocodrilos para hacerlos.)
BUSTER KEATON.- Yo quisiera…
AMERICANA.- ¿Tiene usted una espada adornada con hojas de mirto?
(BUSTER KEATON se encoge de hombros y levanta el pie derecho.)
AMERICANA.- ¿Tiene usted un anillo con la piedra envenenada?
(BUSTER KEATON cierra lentamente los ojos y levanta el pie izquierdo.)
AMERICANA.- ¿Pues entonces?
(Cuatro serafines con las alas de gasa celeste bailan entre las flores. Las señoritas de la ciudad tocan el piano como si montaran en bicicleta. El vals, la luna y las canoas estremecen el precioso corazón de nuestro amigo. Con gran sorpresa de todos, el otoño ha invadido el jardín, como el agua al geométrico terrón de azúcar.)
BUSTER KEATON.- (Suspirando.) Quisiera ser un cisne. Pero no puedo aunque quisiera. Porque ¿dónde dejaría mi sombrero? ¿Dónde mi cuello de pajarita y mi corbata de moaré? ¡Qué desgracia!
(Una JOVEN, cintura de avispa y alto cucuné, viene montada en bicicleta. Tiene cabeza de ruiseñor.)
JOVEN.- ¿A quién tengo el honor de saludar?
BUSTER KEATON.- (Con una reverencia.) A Buster Keaton.
(La JOVEN se desmaya y cae de la bicicleta. Sus piernas a listas tiemblan en el césped como dos cebras agonizantes. Un gramófono decía en mil espectáculos a la vez: «En América no hay ruiseñores».)
BUSTER KEATON.- (Arrodillándose.) Señorita Eleonora, ¡perdóneme, que yo no he sido! ¡Señorita! (Bajo.) ¡Señorita! (Más bajo.) ¡Señorita! (La besa.)
(En el horizonte de Filadelfia luce la estrella rutilante de los policías.)
Lilia Scheerder (@Lilia Scheerder)